IGLESIA PARROQUIAL EN HONOR A LA VIRGEN DE MONTE SIÓN
Tras la conquista de los Reyes Católicos del reino de Granada en 1492, se crea el obispado de Almería, y por un documento fechado en Segovia en 1505, sabemos que el arzobispo de Sevilla dispone y determina las parroquias de la diócesis, fijando la iglesia de Santa María de Monte Sión del Lugar de Lucainena con un beneficio simple y una sacristía, quedando a la vicaría de Almería. Como primer templo parroquial tuvo Lucainena la antigua mezquita. Se trataba de un sencillo edificio de planta rectangular al que añadie ron una espadaña para la campana.
Abandonado tras la rebelión morisca, fue uno de los pocos templos que no consumió el fuego. Cuando los vencedores ocuparon el deshabitado pueblo, encontraron el edificio al que se le había dado un uso de establo.
El primer libro para inscribir los bautizos en Lucainena data de 1618. Unos años más tarde el viejo edificio se vería sustituido por el actual templo parroquial de planta de cruz latina, de una sola nave abovedada y cúpula sobre el crucero. Adosada a la cabecera se encuentra una torre cuadrangular que domina todo el pueblo, se trata por tanto de un templo del siglo XVIII de estilo neoclásico.
FORTALEZA DE EL SALTADOR
Se encuentra sobre el cerro que le da nombre, el cerro “El Saltador”, entre la Rambla de Lucainena y la de Rambla Honda.
No existen referencias concretas sobre esta fortaleza, pero sí sobre la comarca en la que se enclava. Cuando los Omeyas se asentaron en la Península, los Banu Siray (tribu perteneciente a los yemeníes) se instalaron en este territorio, subsistiendo estelinaje hasta los últimos tiempos del reino nazarí, según Ibn al-Jatib.
Madoz, en el siglo XIX, cita El Saltador como una alquería de Lucainena, y añade que en una montaña situada al Sur de la población existían las ruinas de un antiguo castillo.
Por ello, según los restos conservados, se trata de un pequeño recinto fortificado de piedra, probablemente de época argárica, pero con restos cerámicos de época musulmana que van desde los primeros siglos de ocupación hasta el S. XIII
Aún se pueden ver algunos restos de las instalaciones mineras, junto con ocho hornos de calcinación del año 1896, testigos mudos del esplendor del que pudo gozar Lucainena a finales del S. XIX y principios del S. XX. Todo el lo gracias a la aparición de mineral de hierro en las laderas de Sierra Alhamilla.
LA ESCUELA PÚBLICA “DIEGO ROPERO”
Fue casa dirección de la compañía Minera de Sierra Alhamilla del grupo Sota y Aznar, en ella se encontraban las oficinas de la compañía. El edificio se encuentra conservado de manera extraordinaria y no ha sido necesario realizar en él ninguna rehabilitación. Fue adquirido por D. José Ayarza el día 5 de Abril de 1949; ese mismo año este edificio fue usado como escuela pública, ejerciendo el mismo uso hasta hoy día.
Lugar dónde nace una fuente de aguas sulfurosas, de gran poder curativo como quedó demostrado en el estudio del profesor D. Gaspar Molina y Capel de 1851, en cuyo lugar se construyeron los baños públicos en 1850.
Se trata de la Torre Vigía principal de las siete que existieron, construida en la cima de la roca más elevada de la colina del pueblo, desde donde se defendía al municipio. Debemos su conservación gracias a su posterior rehabilitación y utilización como molino de viento para moler harina.
EL PEÑÓN DE LUCAINENA
También conocido como el Cerrón de Lucainena. Tiene una altitud de 1.004 metros sobre el nivel del mar, presidiendo la existencia del municipio como si fuese vigilante constante de los vecinos del mismo.
Hoy día esta dotado de iluminación nocturna, con lo que goza de un carácter majestuoso, a la vez que es una magnífica estampa con el pueblo en primer plano.
NORIA DE TIRO O SANGRE DEL CORTIJO LAS TEJAS
Se trata de un claro ejemplo de cómo se aprovechaba el agua, ya fuera para uso doméstico, regadío o abrevadero.
Se compone de dos grandes ruedas, una horizontal movida por una palanca de la que tira una caballería y otra vertical que engrana con la primera y lleva colgada una maroma con arcaduces (recipientes de cerámica) para sacar agua de un pozo.
Estos arcaduces llevaban un pequeño agujero al fondo para su vaciado una vez que dejaba de girar la noria.
El mecanismo se situaba sobre un pozo alargado. El agua caía sobre un cajón de madera, de donde partía una acequia hasta una balsa cercana donde se acumulaba para el regadío.
Dicho mirador se encuentra ubicado en la misma plaza de la Iglesia parroquial. Desde él se puede contemplar toda la grandeza del valle de Lucainena de las Torres, así como El Molinillo, quedando detrás El Peñón. Es de reseñar el clima de paz y tranquilidad que se respira al contemplar tan bella vista.
LAVADEROS
En la parte alta del municipio y junto al Peñón, se encuentran dos manantiales, siendo aprovechados como lavaderos públicos.
Desde aquí podemos observar una bella panorámica de Lucainena.
Lo que antaño fuera un edificio dedicado a hospital durante el esplendor minero, hoy día su uso ha quedado relegado a cortijo de propiedad privada.